Este pastel de queso o Chessecake, como lo queramos llamar, está delicioso. He probado varias recetas de tarta de queso y está es unas de mis preferidas, tanto por su textura, sabor y su esponjosidad.
Es un pastel de queso fácil de elaborar y muy agradecido para esos días que no sabemos que hacer de postre pero nos apetece algo dulce para llevarnos a la boca.
Ingredientes para la base de galletas:
300gr. de galletas tipo maría.
70gr. mantequilla.
30gr. de almendras molidas.
Ingredientes para el relleno de la tarta:
6 huevos.
600gr. de queso de untar.
400gr. de nata repostería.
200gr. de leche condensada.
1 cucharadita de azúcar vainillado o esencia de vainilla.
Mermelada para cubrir la tarta.
Extendemos la mezcla sobre un molde desmontable con ayuda de una cuchara, que cubra también los lateras del molde. Y lo metemos en el congelador mientras preparamos el relleno de la tarta de queso.
Precalentar el horno a 200°. Para el relleno, batimos los huevos y le agregamos la leche condensada, la nata, la vainilla y el queso, todo tiene que estar muy bien batido y mezclado.
Echar la mezcla al molde con la galleta y lo forramos con papel aluminio para evitar que se dore demasiado por arriba.
Lo metemos al horno a 200º con un tiempo aproximado de 40 - 50 min (el tiempo depende del horno de cada uno).
Una vez ya listo el pastel de queso, lo dejamos dentro del horno (apagado) y lo sacamos una vez que esté templado. Lo dejamos enfríar en temperatura ambiente y ya frío lo metemos en la nevera, si esta tarta se come de un día para otro está mas rica. Por último, lo cubrimos con mermelada y espolvoreamos un poco de azúcar glass.
Así queda una vez fría
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